Panamá 4 de Febrero de 2019
Este escrito fue hecho para el portal Gladys Palmera de España. Aquí en este blog está publicado por primera completo sin ediciones. Recomiendo acompañar esta lectura con la música del tío Bush.
Dedico este post a mi tío Bush, y a mi padre Jaime Ricardo Ortiz Tasón, ambos quienes están seguramente reunidos en el más allá hablando de la vida.
Era el mes de noviembre de 2004 y me encontraba en Nueva York; nunca había estado en esa ciudad y me sentía abrumado. ¡Tantas historias había escuchado de la gran manzana! Nos encontrábamos fuera del lobby del hotel mi tía Tania, mi tía Marcela y su acompañante Francisco “Bush“ Buckley. Yo sabía quien era “Bush“, por supuesto, un gran salsero de Panamá, pero mas allá de eso no tenía conocimiento de absolutamente más nada. Y es que mi generación (nací en el año 1983) no vivió la hegemonía que las orquestas de Bush y sus Magnificos, ó su Nuevo Sonido mantuvieron en los años setentas. Volviendo al cuento, llegamos a un restaurante asiático donde me tocó sentarme junto a Bush y mientras los otros hablaban de temas de actualidad, entre él y yo empezó una conversación sobre nuestra pasión: la música. Hablamos de Chano Pozo, de Sabú Martinez y sus grabaciones en el sello Blue Note de Nueva York. Sin embargo, Cecil Taylor y Albert Ayler fueron los principales temas de nuestra tertulia y cuan sorprendido quedé que Bush (este amo y señor del mundo de la salsa en Panamá) sabía quienes eran estos artistas del avant-garde jazz “nuyorquino“. Fue en este momento, que descubrí en Bush a un individuo muy especial, con un amplio conocimiento musical. De esta manera, comenzó entre nosotros una estrecha relación.
“Bushy“ como le decían mis tías, siempre fue un ser humano ejemplar y como músico, un modelo para todos sus colegas. Una persona con una disciplina de trabajo impecable, y con un carisma para tratar a su público que tanto lo quería. Un hombre de orquesta que demostró cómo la buena actitud, el trabajo y la dedicación pueden llevar a una persona humilde muy lejos.
Francisco Buckley nace en la ciudad de Panamá un 17 de Marzo de 1940, dentro de una prestigiosa familia afro antillana. Se crío en la comunidad de La Boca cuyo nombre se deriva precisamente por estar situada a la entrada del Canal de Panamá en el sector del Océano Pacífico. Esta área, cuenta el propio “Bush“ estaba formada por antillanos y algunos latinoamericanos de América Central y Sur. Sus abuelos llegaron, como decenas de miles más, para trabajar en la construcción del ferrocarril transístmico en el siglo 19.
La zona del canal de Panamá estaba bajo directa jurisdicción de las autoridades de los E.E.U.U. Tenía su propia escuela y fuerza policial y él cuenta que vivía en una especie de “apartheid“. Una situación humillante para cualquiera, que logró crear un sentido enorme de superación tanto en Francisco como en tantos panameños de descendencia “afro“, quienes sobresalieron en los deportes, en la música y en el arte popular. Bush menciona en su libro “La Música Salsa en Panama y Algo Más“ (Francisco Buckley 2004 EUPAN), casos como el de Carlos Garnett, el magnífico saxofonista también panameño que tocó con Miles Davis y, como Bush, criado en la zona del canal; Humberto Robinson, el primer panameño en jugar en las grandes ligas de béisbol; Hector Lopez ,el primer panameño en jugar en los Yankees de Nueva York; Rodney Carew, el primer panameño ingresado al salón de la fama del béisbol y Nola Thorne, la primera panameña en ganar una medalla de oro en atletismo.
Bush era un fiel oyente de las radioemisoras locales y algunas cubanas de onda corta, como Radio Progreso y la C.M.Q. Cadena Azul, quien él recuerda se escuchaban con mucha claridad en el barrio de Vista Hermosa, donde se crió después de salir de la zona del Canal. Curiosamente, Francisco empieza sus incursiones musicales tocando la trompeta; inclusive, mantuvo un conjunto con el gran flautista Félix Wilkins llamado el “Son de Oro,“ que tocaba en Vista Hermosa y acompañaba las comparsas de carnaval de ese sector. Debido a un problema respiratorio, termina dejando el instrumento de viento y agarrando la percusión, por recomendación de su propio doctor. Más nunca miró hacia atrás.
Antes de organizar su primer grupo, Bush se dedicó a coleccionar discos. Él mantenía una estrecha relación con Lydia García, la principal vendedora de la conocida “Panama Radio“, una de las tiendas más icónicas de la época. Ella le conseguía los mejores títulos de la música “salsa.“ Por cuestiones del destino, Lidia luego sería la madre de los tres hijos de Bush: Francisco, Rodolfo y Andrés.
Panamá era un lugar en donde llegaban las mejores producciones discográficas por muchas razones. En primera instancia, el país siempre ha sido un lugar de entretenimiento y mucha actividad nocturna, lo que hacía que la población siempre estuviera escuchando las nuevas tendencias en música bailable. Desde el puerto de Nueva Orleans llegaba el R&B, jazz y el soul; desde Cuba y Puerto Rico, el mambo, el bolero, las guarachas y la corriente “salsa“; desde Haití el compass; desde Trinidad y Tobago, el calypso; Jamaica nos mandaba su ska, rocksteady y reggae, y Colombia nos aportaba sus cumbias y porros. En fin, toda esa música llegaba a Panamá a tiendas como la Panamá Radio ó Discoteca Kathia, donde vendedoras (como la Sra. Lidia García) las recomendaban a clientes y músicos como Bush. Además, los discos que no llegaban a esas tiendas panameñas, se podía encontrar en los comisariatos de los estadounidenses (tiendas de exclusivo acceso con productos traídos desde los E.E.U.U.) y a precios muy baratos.
Francisco pasó unos años formándose como percusionista y acompañando a otros artistas en sus presentaciones. Para el año 1962, también empieza a tocar junto a “Tito Cowes y su Combo Impacto“, nuevamente, con su colega Félix Wilkins en el saxofón y flauta. Es importante resaltar que Bush le tenía gran estima y aprecio a Félix como persona y músico de extraordinario talento. En repetidas ocasiones me contó que Félix llevó su sonido a grupos como el Sexteto de Joe Cuba, con quien tocó en el Carneggie Hall y a la orquesta de Willie Bobo. Durante una de mis muchas visitas a Francisco, le mostré una grabación en disco de 45rpm de el cantante de soul panameño Ralph Weeks, con un conjunto llamado “Los Telecasters.“ En esa grabación, hay un tema llamado “Gua-Jazz“, con Félix tocando una majestuosa flauta. “¡De dónde sacaste esto!“ me preguntó Bush muy sorprendido. Su pregunta me hizo sentir muy orgulloso al haberle mostrado una canción de su época, grabada en Panamá, totalmente desconocida para él, y que desplegaba el virtuosismo de su amigo y colega, Félix Wilkins.
“Para el año 1962, también empieza a tocar junto a Tito Cowes y su Combo Impacto, nuevamente, con su colega Félix Wilkins en el saxofón y flauta.”
Con “Tito Cowes y su Combo Impacto,“ Bush tiene sus primeras experiencias profesionales y llegó a respaldar al vocalista cubano, Ramón “Monguito“ Quián, así como alternó con el “Conjunto Cachana“ de Joe Quijano. También trabajó con el “Conjunto Tropicana“ dirigido por Calvello y con el “Conjunto Panarritmo“ de Layo Tuñón. Ya para el año 1964, empieza a estudiar música en el Conservatorio Nacional y, paralelamente, empieza a trabajar con el famoso conjunto del panameño Armando Boza y su orquesta “La Perfecta“, la cual (como era de costumbre en la época) utilizaba secciones de cinco saxofones y tres trompetas. Aún así, él siempre me decía que su verdadera carrera empezó con el gran compositor, arreglista y bajista panameño Clarence Martin, quien tenía su orquesta propia y de donde surgieron otros músicos prominentes del país. Con Clarence, empezó a tocar para la televisora RPC Canal 4 para “El Show de la Una“ y terminó trabajando con figuras como Olga Guillot, Marco Antonio Muñiz, Tres Patines y el “Johnny Carson Latino“, Rolando Barral.
Después de un período acompañando a directores de la localidad, Bush le dice a su hermano Ernesto a quien le apodaban “Siete“ : “no voy a volver a tocar para más nadie, desde ahora en adelante, armaré mi propio conjunto“. Y así fue. Ni corto ni perezoso, como decimos en Panamá, Bush convoca a grandes músicos locales, como el mismo Freddy Anglin en el bajo, Harold “Shazam” Patterson en las congas, Benito Guardia en el piano, Chacho Medina en el saxofón barítono y otros más. Cuenta Bush, que una de las experiencias que lo motivó a formar su propio grupo, fue cuando en el año 1967 lo llamaron para formar parte de otro conjunto que incluía al ya famoso y virtuoso trompetista panameño Victor “Vitín“ Paz acompañando a los cantantes Ramon Quián “Monguito“ y a Tony Diaz que venían a Panamá desde Cuba y Puerto Rico, respectivamente.
En ese entonces, decide usar el nombre de Bush ya que su apellido “Buckley“ no era fácil de pronunciar. Luego surge “Bush y La Magnífica“, porque para esa época estaba en apogeo la orquesta de “Pete Rodriguez y la Magnífica“. El saxofonista y bajista José “Chacho“ Medina, compadre de Bush, fue el de la idea. Inclusive, el primer arreglo que interpretaron fue el tema “Fango“ , de este cantante boricua neoyorquino.
Corre el año 1968, y ya su orquesta se encontraba amenizando eventos por toda la ciudad. Es así como a Bush se le ocurre la idea de armar unas “descargas dominicales“ en un sitio llamado la “Boite Stereo“, para acoplar el grupo y montar un repertorio serio. Así logro proyectar más aún la agrupación, ya que éstas descargas se daban a horas de la tarde los domingos y gozaban de un gran éxito con los bailadores panameños. A estas alturas, ya empiezan a utilizar “Los Magníficos“ en lugar de “La Magnífica“ y se encontraba alternando con grandes orquestas internacionales como “La Conspiración“ de Ernie Agosto.
Durante este período, se inaugura la segunda fábrica de discos en Panamá bajo el nombre de Discos Istmeños. Esta lo contrata para unas sesiones donde graban sus primeros sencillos para el sello Taboga en formato de 45rpm con temas como “Benys Jala Jala / Mi Novia“ y vocalizadas por Manuel Moore y Dino Ureña. Este sencillo, fue la primera producción lanzada en Panamá por ese sello (TG 001). Para esa misma época, grabó con “Los Magníficos“ unos temas con el sonero Meñique Barcasnegras (Gilda / La Bomba de Santa Bárbara TG 064), otro panameño que vio como su carrera empezó a despegar gracias a su asociación con el gran Bush. Ese mismo año, el famoso productor cubano Pancho Cristal llega a Panamá y coordina una sesión de grabación con el grupo de Bush y el entonces jovencito Rubén Blades, en los estudio de Discos Istmeños. Bush me contó que esa noche fue muy larga y grabaron todo un LP con buenos resultados. Sin embargo, las cintas Pancho se las llevó de Panamá y más nunca fueron vistas. ¡Imagínense ustedes un LP de Bush y los Magníficos con Rubén Blades en las vocales! Luego viene el primer disco de larga duración de Bush y Los Magníficos titulado “Humanidad“ (TABOGA 1020), en 1969, también en el sello Taboga. Este disco, incorporó temas considerados ya clásicos de la “salsa“ como “El Reloj de Pastora“ de Arsenio Rodríguez, y también algunas composiciones originales como “Happy Mambo“, una “salsa dura“ y “Broadway“, un “boogaloo“ que era el estilo que se encontraba de moda a mediados de los sesentas. El disco tuvo muy buena aceptación en Panamá y Bush se convirtió en el artista favorito del pueblo salsero, dando presentaciones por todo el país. Para el sello Taboga, llegó a grabar después otro disco icónico como el “Salsa al Pindín“ (TABOGA 1023) en el año 1972, con temas como “Palomita Titibu“, “El Quedao“, “Compasión“, entre otros y fue vocalizado por Aldemar “Papa“ Espinosa.
En el año 1974, Bush es contactado por Sergio Useche del Sello Melser en Colombia. El quería un LP de material original, para distribuir en su sello, que se enfocaba mayormente en reediciones de otros sellos de salsa (usualmente ediciones “piratas“ no oficiales). Francisco, le confirma que lo puede hacer y le pide a Sergio que regrese un mes después para tenerle listo su ansiado LP. “Ahora Traigo el Melao“ (Melser 118), fue el resultado de este proyecto. El disco se vendió fuera de Panamá, únicamente; y me contó Bush, que un día le llego por el correo una copia firmada en la portada por Sergio, que decía: “¡Francisco, este disco no se vende en Panamá pero en el Perú, Venezuela y Colombia ha gustado mucho y lo vendo por sacos. Un abrazo!“ Al poco tiempo, Useche fue encontrado muerto por múltiples disparos en una turbia serie de eventos. Y es que su reputación era de estar involucrado en negocios ilícitos. Al menos, Bush me aseguró que él sí pudo cobrar su dinerito por el trabajo (y bastante bien para la época) a pesar de la fama que tenía Useche de no pagarle a nadie.
En 1976, Francisco funda “Época Records“, junto con su amigo Dumas Torrijos (hijo del general militar panameño Omar Torrijos Herrera). La primera producción que lanzan fue el sencillo, “Lo Agarro Yo / Guaguanco del Solar“ (ÉPOCA 001). Luego, sale el primer LP bajo el nuevo nombre de la agrupación,“Bush y su Nuevo Sonido“ (ÉPOCA 1001) con temas como “La Chola Caderona“ y ”El Cucuyo Montañero.“ Esta producción fue un éxito en Latinoamérica. Posteriormente, “Época Records“ graba un LP con las estrellas panameñas Máximo Rodríguez y Manito Johnson, titulado “Juntos Otra Vez“ (ÉPOCA 1002) en donde participó Bush y otros miembros de su orquesta.
Igualmente, en el año 1976, la orquesta de Bush lanza el “Baile Hoy“ (ÉPOCA 1003). En este último disco, precisamente, vuelven a grabar la pieza titulada “9 de Enero“, de la autoria de Rubén Blades, quien describió a Bush como “un amigo y mentor original, temprano gestor de sus experiencias musicales en Panamá.“ Este tema, es de suma importancia para los panameños, ya que trata del día en que los estudiantes del Instituto Nacional marcharon hacia la zona del canal para izar la bandera de Panamá, en un área donde solo ondeaban banderas de E.E.U.U. Este suceso resultó en un lamentable incidente donde murieron veintidós panameños y seis soldados Norte Americanos. Rubén Blades describió esa experiencia de grabar con Bush, diciendo: “En 1967, la agrupación “Bush y sus Magníficos“ grabó “9 de enero”, mi primer tema como compositor que fue plasmado en un disco. La grabación, sobre un evento nacional de importancia patriótica, arreglado en Panamá, interpretado por músicos panameños, escrito por un panameño y grabado en Panamá, continúa siendo uno de mis recuerdos más preciados y un constante motivo de satisfacción personal“. Esa grabación (la versión original de “9 de Enero“ por “Bush y sus Magníficos“ con Rubén Blades) lamentablemente fue la que nunca vio la luz porque Pancho Cristal se llevo las cintas maestras para luego nunca utilizarlas. Hasta el día de hoy nadie sabe dónde terminaron esas grabaciones de Rubén Blades con la Orquesta de “Bush y sus Magníficos“.
En ese popular disco “Baile Hoy“, están incluidas canciones grabadas por el conjunto de Alexis y su Bonche (con músicos de la Orquesta de Bush) y también contiene la famosa canción “Mariana Soba“, compuesta por Benito Guardia. Este tema, es de suma importante por la influencia ritmos congos de la y el uso de la “cuica“, un instrumento brasileño.
Las orquesta de Bush, continuó produciendo grandes trabajos de calidad y de gusto para el público bailador como el disco “A Chiricano“ (EPOCA 1007), grabado en 1977 como tributo a Víctor Castillo, trompetista de la orquesta, que falleció en un accidente. Otras producciones posteriores incluyen el LP de “Bush Y su Nuevo Sonido“ del año 1979 (EMILY LP 103), con el tema “Viva Panamá“ y el disco titulado “El Mundo Latino“ (CONTINENTAL LPC 111), que sale al mercado ya en el año 1982. Para el año 1984, graba un disco de larga duración con el famoso acordeonista panameño Osvaldo Ayala, titulado “El Doble Poder“ (EMILY LP 123) Ya en el año 1986, graba su última producción discográfica “¡Ahora ó Nunca!“ (ORION 8827), bajo el nombre de “Bush y Su Orquesta“. Este disco sale durante el apogeo de la “salsa sensual“ y contó con sus 3 hijos Andy, Popo y Francisco Jr. en piano, congas y bongo, respectivamente.
La gran carrera de Bush lo llevo a tocar a países difícilmente otros panameños habían llegado. Lugares muy remotos para una orquesta de salsa panameña como Bali, Indonesia y Corea, donde su visión musical fue bien apreciada. Otro viaje, me lo cuenta Francisco Buckley Jr., “en 1986 la orquesta de mi papá es invitada por las fuerzas aéreas de defensa panameñas (FAD) a viajar junto a una delegación privada al Carnaval de la Calle 8 en Miami, donde llegamos a tocar en el palacio Viscaya junto a Johnny Ventura y Gloria Estefan, para personalidades como Sylvester Stallone y otro pocotón de millonarios“
En Marzo del 2002, el diario “La Prensa Panamá“ entrevista a Francisco donde le preguntan cuál había sido el momento más difícil de su carrera. A lo que Francisco responde: “Cuando me fui replegando de esto y fui simplemente apartándome a partir de 1990 y para lograr eso boté todo y regalé todos mis instrumentos“. Ya en ese momento, Bush sentía que tenía que alejarse un poco de su orquesta y la gran cantidad de esfuerzo que esta requería. Él decía que ya había hecho todo lo que tenía que hacer como músico y hombre de orquesta. Lo que le entusiasmaba en ese momento de su vida era trabajar en su libro para así dejar un legado de sus conocimientos de las situaciones históricas del plano musical en Panamá. Y así fue, en el 2004 después de muchos años de estar recopilando información, entrevistando a músicos y ordenando ideas publica su libro “La Música Salsa en Panamá y Algo Más“ (Francisco Buckley 2004 EUPAN) contando no sólo la historia de sus orquestas y de su vida personal, sino una crónica de la música panameña para el mundo entero. Mi padre (Q.E.P.D) le tomó la foto personal que uso para la portada interior del libro. Aún poseo con mucho aprecio la copia autografiada.
A sus 78 años, la mente de Francisco seguía trabajando a un ritmo de descarga mas que de una guajira, pero el metrónomo en su cuerpo ya estaba empezando a fallar. Le costaba hacer lo que quería. Su última meta era terminar la segunda edición de su libro. Nadie hasta él, se había atrevido a recopilar y exponer de una manera tan audaz, y a través de sus vivencias, estas historias sobre la música en Panamá. Me sentí muy orgulloso el día que me pidió lo ayudara a terminar su libro. Necesitaba ampliar los datos referentes a las últimas décadas así como sobre el desarrollo de las bandas en otros géneros más alternativos. Fue en esto que trabajé con él por varios meses. El día que me llamó para decirme que el libro lo empezarían a editar fue un momento de gran alegría. “Al fin voy a poder descansar mejor en las noches sin tener que pensar en el estrés de terminar esto“ me decía con esa sonrisa tan única.
Cuando cayó enfermo, yo iba y lo visitaba con una tornamesa portátil y le ponía música de Panamá de aquellas épocas doradas. Le puse sus propias grabaciones en discos de 45rpm y eso lo nutría de energía. Como buen panameño, a “Pacho“ (otro de los seudónimos de cariño que le tenía mi tía Marcela) le encantaba comer frituras. Mi padre, como buen amigo, le compró una freidora de aire, ya que por su condición debía mejorar su dieta. Eso le subió los ánimos y mejoro su estado físico, porque había perdido el apetito y mucho peso por sus problemas de salud. El destino ya tenía el camino trazado. La mañana que me tía me notificó de su muerte, sentí un gran vacío, pero al mismo tiempo una alegría enorme por haber tenido el privilegio de convivir tan de cerca con esta gran persona, de quien aprendí tanto, no solo de música, sino de la vida y de cómo ser un mejor individuo todos los días.
En mi ámbito como coleccionista de discos, he tenido innumerables visitas a diversas residencias en búsqueda de discos panameños donde siempre me encuentro con algún disco de Bush, y no existe una sola persona que al ver la carátula no sonría diciendo algo positivo del maestro y de lo que el representó en algún momento en sus vidas.
Con el pasar del tiempo, la figura de Francisco “Bush“ Buckley ganará más y más reconocimiento por todo lo que hizo por la música y la cultura en Panamá, un país que lamentablemente no le rinde el tributo necesario a sus notable íconos musicales.
El día de su funeral, asistieron cientos de personas y fue muy lindo ver a personalidades del ámbito musical panameño como Osvaldo Ayala, Colaquito Cortez, Toby Muñoz, Freddy Anglin, Benito Guardia, Anel Sanders, entre otros, rindiendo homenaje a esta grandiosa persona. Creo que lo expuse claramente en su obituario:
“Se fue Francisco, mi tío de corazón, pero nos deja lo más importante que alguien pueda dejarle a su gente, su legado musical que vivirá para siempre.“
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Este escrito también fue parcialmente publicado por la Revista La Lyra de Barranquilla
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Este post es dedicado a mi tío Bush, y a mi padre Jaime Ricardo Ortiz, ambos quienes están seguramente reunidos en el más allá hablando de la vida.